El Djembe es un instrumento oriental, procedente de áfrica. Su nombre se deriva del idioma Bamana de Mali donde Dje es un verbo que significa reunirse y Be significa todos. Esto muestra la gran importancia social y la función como elemento comunitario que tiene este bello instrumento. Se toca con las palmas y está hecho de piel y madera, siguiendo un proceso tradicional de fabricación donde sólo se emplea el corazón de los troncos, y todo el instrumento tallado de una única pieza. Los djembes de mejor calidad no son lisos en el interior, sino que tienen irregularidades en forma de gota que mejoran la calidad de sonido. Cuenta la leyenda que el primer djembe se fabricó con piel de un animal mítico cruce entre girafa y zebra.
Se suele decir que el djembe contiene tres espíritus, el espíritu del árbol del que está tallado, el espíritu del animal del que procede la piel, y el espíritu del músico que lo toca.
Una de las principales trabas en el aprendizaje del djembe es la dificultad de transcribir correctamente los ritmos con la notación occidental, que se queda corta para los ricos matices rítmicos africanos. Por esta razón es necesario buscar un buen profesor, y existe muy poco material autodidacta. Sin embargo la experiencia de aprender, quizás incluso en un pequeño grupo, puede resultar muy bella, como demostró la película The Visitor (El visitante) del 2008 donde un profesor universitario conoce casualmente este instrumento a través de un inmigrante sirio y se enamora del djembe.
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