Té

El té es un producto agrícola obtenido a partir de la planta Camellia sinensis, o planta del té, que se cultiva en zonas tropicales y subtropicales. Para obtener un sabor mejor son especialmente preciados los lugares de cultivo por encima de los 1500 metros sobre el mar. La planta del té, si se deja crecer salvajemente, llega hasta la altura de un árbol, pero para facilitar la recogida se poda para mantenerla en forma de arbusto.

Sobre el origen de esta planta cuenta la leyenda que el legendario emperador chino Shennong se encontraba en el jardín bebiendo una taza de agua caliente, cuando el viento llevó unas hojas de un árbol cercano a la taza y el agua cambió de color. El emperador, intrigado, tomó un sorbo y quedó impresionado por el sabor y por la capacidad tonificante de la bebida.

El té es después del agua la bebida más consumida del mundo, y tiene numerosos beneficios para la salud como la prevención de cáncer y enfermedades cardiovasculares. También se ha estudiado que en determinadas zonas de Japón, donde está muy extendido el consumo regular de té verde, la gente es especialmente longeva.

Hay varias bebidas que se obtienen a partir de la planta del té. Caben destacar: Té negro, Té verde, Té blanco y Té Oolong.

• Té negro: Es el más oxidado de los 4 tipos mencionados. Contiene más cafeina, y se caracteriza por mantener su sabor durante varios años. Por esta razón fue un medio de intercambio muy popular hasta finales del s. XIX en regiones como Mongolia, Tibet y Siberia. El 90% del té vendido en el mundo es té negro. El proceso de elaboración del té negro incluye un periodo de fermentación (aunque esto es un término incorrecto, en realidad se trata de oxidación) bajo condiciones controladas de temperatura y humedad. Esto es lo que lo diferencia de los otros tipos de té.


• Té verde: Se diferencia del té negro en que el proceso de fermentación/oxidación es mínimo. En él es especialmente notable su efecto positivo para la salud. Incluso en estudios de corta duración (14 días) se han demostrado resultados espectaculares para la prevención de enfermedades cardiovasculares, mejor oxidación de ácidos grasos, y reducción de colesterol, sencillamente tomando 4 tazas diarias de té verde, sin modificar la dieta por lo demás. Los efectos positivos para la salud del té verde continuan siendo un objeto de estudio preferente, y cada vez se descubren más efectos positivos, por ejemplo prevención de cáncer de pecho, mejora de casos de Alzheimer y Parkinson y un largo etcétera. Estudios epidemiológicos han demostrado además niveles de salud y longevidad muy superiores en poblaciones que regularmente consumían té verde.


• Té blanco: Completamente sin oxidar/fermentar. En comparación con el té verde parece ser que tiene mayores propiedades anti-virales y anti-bacterianos, lo cual lo hace propicio para prevenir y curar enfermedades de este tipo.


• Té Oolong: El nivel de oxidación está entre el té negro y el té verde. Es un té tradicional de la China. Su sabor es más cercano al té verde que al té negro, pero carece de la nota vegetal típica del té verde. Deja un sabor dulce tras el amargo inicial. Una de las leyendas sobre su origen es un trabajador (Wu Liang u Oolong) que estaba recogiendo té cuando fue distraido por un ciervo. Varios días después se acordó de su bolsa de té, que ya había comenzado a fermentar.

Otros tipo de té es el té rojo o Roiboos, que se obtiene a partir de otra planta (planta del Roiboos, procedente de suráfrica). Es muy apreciado también por sus efectos positivos para la salud debido a su alto contenido en antioxidantes y su carencia de cafeína. Ayuda con alergias, tensión nerviosa y problemas gástricos. En la medicina tradicional sudafricana se emplea para curar cólicos, asma, alergias y problemas dermatológicos.

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